Hace dos semanas atrás mi hija iba de camino a una entrevista de trabajo, estaba muy nerviosa, tanto que la noche anterior no pudo dormir bien, entonces esa mañana iba en el bus y se quedó dormida, despertó justo para bajarse en el paradero correcto, pero con la prisa, se bajó y olvidó su cartera, entonces quedó en medio de la ciudad, y perdió todas sus cosas, solo se quedó con su teléfono, pero perdió su dinero, sus documentos y cosas personales, ella me llamó llorando, y me preguntaba por qué siempre le pasaban estas cosas, estaba muy triste y lloraba, yo quise tranquilizarla y le pregunté que bus había tomado, me dio el número del bus y entonces yo le dije: "a mis hijos no se les pierde nada, déjame llamar a la compañía para darles aviso, yo estoy seguro de que un buen samaritano se cruzó en tu camino y tendrás tu cartera de regreso."
Mi hija no me creyó, al contrario, me dijo que eso era imposible, que nunca me contestarían. Entonces contacté a la compañía de transportes, yo vivo en otro país así que les envié un email, y luego le conté a ella, a lo que me repitió que no me contestarían nunca. Yo le dije: “Hija, no temas, solo cree”. A los 20 minutos ellos me respondieron y me dijeron que no podían contactar al chofer del bus, pero me dieron los números de ambos paraderos. Estuve llamando, pero nunca me respondieron, pasó un día y seguí llamando al día siguiente pero aun sin respuesta, Santiago de chile es una ciudad muy grande con millones de habitantes y su familia materna, los que se enteraron de lo que le había pasado a mi hija, opinaron que ya estaba todo perdido y que tenía que olvidarse de la cartera, pero yo estaba seguro de que esa cartera regresaría a mi hija y que gracias a que yo creía que era posible entonces eso debería pasar, y además quería demostrarle a ella, a través de su experiencia personal, lo que es capaz de lograr el solo hecho de creer que algo es posible.
El tercer día comencé a llamar desde temprano y llamé durante todo el día, aun sin respuesta alguna, la última llamada la hice a las 7 de la tarde y como no me respondían les volví a enviar en email por la noche. Mi hija, que ya había aceptado esa pérdida, ya estaba más tranquila, y entonces, esa noche a las 11, recibió un email que decía lo siguiente: "Hola, encontramos tu cartera con tu pasaporte, comunícate a este número para entregártela", mi hija llamó a ese número y se puso de acuerdo con la persona para reunirse dos días más tarde.
Ella me contó que tendría que ir a una oficina en el centro de la ciudad. Dos días después, a las 4 de la tarde ella fue a esa oficina y se dio cuenta de que era un lugar muy elegante, y me dijo: "Papá, las personas que trabajan ahí deben tener mucho dinero, porque para entregarme mi cartera y con el dinero que tenía en ella intacto, eso me hace pensar que es así. Yo le dije, hija ¿recuerdas que te dije que un buen samaritano se había cruzado en tu camino?, esto que ha pasado no ha sido casualidad y no ha sido suerte, la persistencia en un estado, nuestra persistencia en creer en una afirmación es nuestro poder creativo y aparte de eso no hay ningún otro poder, la suerte y las coincidencias son solo la ignorancia, el desconocimiento de este hecho.
Mi hija, fue testigo de un aparente milagro, porque a mi modo de ver las posibilidades de que esto ocurriese en una ciudad tan grande son muy limitadas, pero en ese momento eso no me importo, porque el deseo de que mi hija tuviese esa experiencia y el deseo de recuperar lo aparentemente perdido despejo esas ideas de mi mente. Y como esas ideas estaban fuera de mi mente revoloteaban frente a mi en los demás, tanto así, que la mayoría dio esto por perdido. Los que me escucharon decir a mi hija que recuperaría su cartera no me dijeron nada, pero yo se que pensaron que era un atrevimiento de mi parte el ilusionar a mi hija con esta idea, de que recuperaría sus pertenencias. Fue un audaz atrevimiento, no solo en la consciencia, levantando en ella la idea que quería ver materializada, sino que también fue mi palabra expuesta a las luces de la incredulidad y de la falta de fe en Dios.
Estoy muy feliz de haberle demostrado a mi hija como trabaja esta ley, aunque ella aun no asimila lo que aquí pasó. Ella solo recibió su cartera de vuelta y decidió no darle crédito a mis palabras. Pero aquí estaré para ella cuando me necesite, a miles de kilómetros de distancia, haciendo lo que nadie podía haber hecho por ella ni siquiera estando cerca de ella. Cuando necesite de mi fe y de mi palabra acá estaré para ella, para mostrarle el camino a la salvación, el camino de nuestra imaginación.
No me canso de hablar de la imaginación, y como Neville lo dijo en su momento, si nuestra búsqueda no es hacia dios, entonces para dios somos estúpidos. Si no ponemos a nuestra imaginación como la causa de los fenómenos de la vida entonces no estamos mirando ni buscando a dios. Se nos pide creer que hemos recibido para recibir, y para creer debemos ser atrevidos, debemos ser audaces, debemos persistir en lo que creemos sin importarnos lo que los demás crean. Como dije una vez, el verdadero creyente no es el que solo cree en dios, el verdadero creyente es el que cree que dios es uno con él, y él es uno con dios. Un acto de fe no es solo un momento en el tiempo, es la suma de momentos en que una persistente idea pide, busca, llama, para llegar a ver la luz, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.(Mateo 7:8).
Un abrazo a todos.
Marcos Sanz.

Gracias! Me encanto este testimonio si persistimos y tenemos fe nada es imposible
Gracias por recordar que nunca hay que perder la fe …..…