En su libro El arte de crear tu mundo, Neville nos enseña que cada estado experimentado por el SER, es supremo en sí mismo, y que cada uno de nosotros, seamos conscientes o no de esto, es el maestro y el señor del estado en el que habita, debido a esto mismo, no nos corresponde a nosotros el condenar a ningún estado, porque nuestro propósito en la vida es perdonar cada estado a medida que lo habitamos, estos es, perdonar nuestros propios estados, y no preocuparnos por los estados que habitan otros. Debemos perdonar nuestros estados y purificarlos con la sangre de cristo, hacemos esto a través de nuestra propia imaginación humana. Es la voluntad de Dios, de la conciencia del ser, que cada estado que experimentemos sea superado por su hijo, su hijo, que sí entiende su voluntad y le obedece, en otras palabras, esto significa que experimentemos estos estados no por nuestras reacciones a la vida, ni violentando el mundo, sino a través de una imaginación despierta, consciente de lo que crea para sí misma.
Sin embargo, existe en nosotros un patrón creativo, un patrón que está en nuestra consciencia, este patrón ha sido construido a través de los años, de acuerdo a nuestras experiencias reaccionando al mundo. Somos conscientes de que tenemos un pasado, y este pasado, aunque parece olvidado por nosotros, aparece naturalmente, generalmente cuando contamos nuestras historias, puede ser a algún amigo o a alguien de nuestra familia, siempre cuando escuchamos alguna historia que nos cuentan, aparece una imagen, un archivo, un recuerdo de nuestro pasado, es una experiencia que de alguna manera esta ahí, no pensamos en ella todo el tiempo, pero ahí permanece con nosotros. Y ese recuerdo ha generado un patrón. Y este patrón creativo, de alguna manera está determinando nuestro presente y a menos que lo cambiemos también nuestro futuro.
El sábado pasado hablaba con una amiga, ella se sentía un poco afectada porque su hermana estaba enojada con ella, que le había dicho que no se metiera en sus asuntos. Ella me contó que su hermana tenía problemas de todo tipo, que no se recuperaba de una enfermedad y caía nuevamente en otra, que además con su marido las cosas estaban de mal en peor. Me decía que cuando su hermana le contaba sus problemas ella la reprendía y le daba todo tipo de consejos, que según mi amiga, eran dados por ella con el único objetivo de que su hermana estuviese bien, porque le dolía mucho verla con tantas dificultades, y no entendía porqué su hermana estaba molesta con ella, si lo único que quería era verla bien.
Entonces yo recordé la publicación que escribí hace algunos días, sobre la parábola de los dos hijos, yo se la había leído a ella esta misma semana, ella conoce a Neville y su enseñanza y hablamos de estos temas cuando nos juntamos.
Yo le pregunté si su hermana le había pedido consejo, si le había pedido ayuda, y ella me dijo que no. Su hermana solo quería contar sus problemas, porque cuando contamos nuestros problemas, lo que queremos hacer generalmente es alivianar nuestra carga, y compartir esa carga con el que nos escucha, siempre que contamos nuestros problemas a otro, nos sentimos un poco mejor, aunque el problema siga ahí.
Que nos cuenten un problema no significa que quieran nuestro consejo, pero la mayoría de nosotros ofrecemos nuestra guía, aunque no se nos pida.
El que leyó mi publicación sobre esta parábola de los dos hijos podrá entender mejor lo que quiero decir en esta publicación.
Mi amiga en su historia, fue el primer hijo de esta parábola, ella escuchó el problema de su hermana y entonces sintió el deseo de ayudarla, por supuesto que es un deseo noble, como va a querer ella hacerle daño a su hermana, ella quiere verla bien, libre de todas las cosas que la agobian. El deseo, como expliqué, es la voluntad de dios, la conciencia quiere moverse de un estado a otro. Es lo que se llama “agitar las aguas de la mente”. Cuando se agita el agua de nuestra mente, el primer hijo, tal como en la parábola, es llamado a hacer la voluntad del padre. Esto también podemos verlo en la historia del ciego de Betesda:
“Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua.
Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.”
Aquí está el primero que descendía, el deseo es detectado por el primer hombre, el hombre de los sentidos, los antiguos sabían de nuestros cinco sentidos, no era necesaria tanta ciencia para saber que estos eran cinco, estos cinco son los cinco pórticos hacia la conciencia, que es representada por el agua.
"Cerca de la puerta de las ovejas", ¿Quién es la puerta?, “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. (Juan 10:9)”
Entonces el primer hombre es el que recibe el deseo, sus sentidos son los ángeles mensajeros que agitan las aguas de su mente. Los sentidos de mi amiga agitaron su mente y despertaron el deseo de ayudar a su hermana. Pero mi amiga hizo como el primer hijo, recibió la voluntad de su padre de ir a la viña y ella en su confusión simplemente fue. Ella fue y habló con su hermana, y le dijo lo que estaba haciendo mal, y lo que debería hacer para solucionar sus problemas. Entonces ahora como Caín, ella entregó esa ofrenda a su conciencia, los consejos que le dio a su hermana, aun con la mejor de las intenciones, ella cree que hizo bien, pues hizo todo lo posible por ayudarla. Hizo la voluntad de su padre como ella pensó que era mejor. Pero en el Génesis se nos dice: “A dios no le agradó la ofrenda de Caín, y en Caín decayó su semblante”. Su hermana ahora está enojada con ella y yo pude ver el semblante decaído de mi amiga.
Entonces yo le expliqué lo que había pasado y porqué había pasado. Le expliqué que la manera de ayudar a su hermana es perdonando el concepto que tiene de ella, porque piensa que su hermana siempre esta enferma y que aguanta demasiadas cosas de su marido y que su hermana siempre es la víctima. Yo le dije que cuando las aguas de nuestra mente sean agitadas, la voluntad de nuestro padre es ir en nuestra imaginación y revisar nuestro concepto del SER, esa es la manera correcta de ayudar a su hermana. Y una vez que revise todos esos conceptos de su hermana ella estará siendo sanada en el estanque de Betesda.
El arte de la revisión es el arte del perdón, pero esto que es llamado perdón, es un tanto diferente del concepto que la mayoría tenemos de esta palabra. De manera muy sencilla puedo explicar la revisión de la siguiente manera: Es la transformación de un recuerdo a través de la imaginación.
Todos nosotros tenemos recuerdos, de todo tipo, y esos recuerdos deben ser revisados si no son recuerdos que nos hagan sentir bien, si nos sentimos mal al recordar algo, es señal de que debe ser revisado. No nos debemos preocupar de que tan antiguo sea el recuerdo, porque si lo puedes recordar, entonces está ahora mismo contigo en tu conciencia, ni siquiera los años te pueden separar de ese recuerdo. Para comenzar a desarrollar la revisión puedes comenzar con cosas triviales de tu día a día, puedes pensar que durante tu día no pasaron cosas que quieras revisar, porque tu día ha sido bueno, pero yo te digo que siempre puede haber sido mejor, algún detalle querrás cambiar, la revisión necesita de mucha practica y debería convertirse en una actividad habitual. Pregúntate a ti mismo(a) cuantas veces practico la revisión y podrás responder por qué hay situaciones que no cambian en nuestras vidas.
Yo te llamo a viajar en el tiempo y cambiar todo lo que te mantenga impuro, cambia ese patrón, porque todo puede ser cambiado.
Hoy hablo de este tema del tiempo y muchas veces caigo en divagaciones sobre esto, yo no lo sé, pero de alguna manera si lo se. Muchas veces pienso en esto, que así como yo reviso el pasado, yo también podría estar siendo revisado desde el futuro, porque como he dicho en otras ocasiones, el pasado, el presente y el futuro conviven juntos, no están separados, la conciencia es una y no puede ser dividida, y cualquier cosa que se revise desde cualquier tiempo, influirá y podrá cambiar de estado al SER.
Un abrazo a todos.
Marcos Sanz

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