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LA BIBLIA: TERCERA PARTE Eclesiastés - Amós


Hola amigos, como ya saben, estoy compartiendo un resumen de cada libro de la Biblia, mostrando su mensaje oculto sobre el viaje del alma, desde la caída y el olvido, hasta su despertar y el regreso al Reino. Espero que esta serie les esté siendo útil y que la estén disfrutando tanto como yo al prepararla.

 

Hoy haremos un recorrido breve, viajando desde Eclesiastés, donde se nos revela que dentro de nosotros vive la sabiduría contemplativa que es capaz de liberar al SER de la trampa de la vanidad externa.

Este hombre sabio interior se levanta y habla delante de la congregación (de ahí su nombre "Eclesiastés", del griego Ekklesias, que significa asamblea o iglesia), mostrando la verdadera naturaleza ilusoria del mundo externo y recordándonos que el propósito no está "debajo del sol", sino en la conciencia.

 

Este primer libro del bloque es profundo en simbología y perfecto en su sabiduría. Desde allí continuaremos el viaje hasta llegar al campesino Amós, un hombre sencillo que ha recibido la carga de un mensaje profético que no puede callar.

Muy pronto descubriremos cuál es esa carga y qué tiene que decirnos a nosotros hoy.

 

Entonces, comencemos.

 

ECLESIASTÉS

 

Del hebreo "Qohelet" (el que convoca, el que reúne para hablar públicamente).

Eclesiastés representa el momento en que la conciencia se reúne consigo misma para evaluar todo lo que ha construido bajo el sol. No es una asamblea externa, sino una reunión interior, donde la voz de la conciencia convoca a todas las experiencias del hombre, placer, trabajo, sabiduría, religión, y las juzga como "vanidad".

La asamblea es el diálogo interior en el que el alma reconoce que todo lo externo carece de significado si está separado del propósito divino.

El convocador es la conciencia misma, que se da cuenta de que el sentido no está en lo que el hombre ha buscado fuera, sino en lo que aún no ha descubierto dentro.

 

CANTAR DE LOS CANTARES

 

Del hebreo "Shir haShirim" (el canto de los cantos, el más alto de los cantos).

Después de que la conciencia ha reconocido la vanidad del mundo externo, nace el canto más sublime: el reconocimiento del Amado interior.

Este canto no es cualquier canto, sino el más elevado, porque es el testimonio de la unión entre el hombre y su verdadero Yo Soy.

El "canto de los cantos" es el sonido del alma despertando a su identidad divina, cuando reconoce que el Amado a quien buscaba siempre ha estado en ella.

Todo lo que parecía perdido o vano en Eclesiastés se transforma ahora en una celebración mística del encuentro interno.

 

ISAÍAS


Del hebreo "Yeshayahu", que significa "YHWH salva" o "Dios es salvación".

Isaías es la proclamación de la salvación que viene desde dentro, no desde el hombre exterior.

Después del canto de la unión en Cantares, la conciencia da a luz la promesa de Emanuel, Dios con nosotros.

El salvador no es un personaje externo, sino la imaginación misma despertando como el verdadero Mesías.

La etimología se cumple porque Isaías revela que la única salvación es el reconocimiento de que Yo Soy es Dios, y que ese Salvador ya habita en nosotros.

 

JEREMÍAS

 

Del hebreo "Yirmeyahu", que significa "YHWH establece, exalta o arroja".

Jeremías derriba lo que el hombre ha establecido falsamente para que Dios establezca lo verdadero en el corazón.

El profeta llora porque ve que el pueblo ha levantado ídolos y ha endurecido su corazón, pero también anuncia que Dios mismo escribirá su ley en el corazón del hombre.

La etimología se cumple porque Jeremías anuncia que solo lo que Dios establece dentro del hombre perdura, mientras que todo lo externo será derribado.

 

LAMENTACIONES


Del hebreo "Eikhah", que significa "¿Cómo...?", que es una expresión de lamento o asombro ante la ruina.

Lamentaciones es el eco del alma que ha visto derrumbarse lo que construyó fuera de la verdad.

El lamento no es solo dolor, sino la conciencia de que la ruina era necesaria para que nazca lo verdadero.

La etimología se cumple porque el libro entero es un clamor, una pregunta abierta del alma que se duele pero, al mismo tiempo, espera en la restauración que solo puede venir de un nuevo nacimiento interno.

 

EZEQUIEL


Del hebreo "Yehezkel", que significa "Dios fortalece".

Tras el lamento, la conciencia es fortalecida por las visiones.

Ezequiel ve la gloria del hombre completo, el diseño del nuevo templo, la restauración del valle de huesos secos.

La fortaleza no viene del hombre natural, sino de la visión que Dios muestra en la imaginación despierta.

La etimología se cumple porque Dios fortalece al hombre que ha sido derribado, revelándole que todo puede ser levantado de nuevo en el espíritu.

 

DANIEL

 

Del hebreo "Daniyyel", que significa "Dios es mi juez".

 

Daniel representa el juicio que no depende del sistema externo (Babilonia), sino de la relación directa entre el hombre y su Dios interior.

El hombre en Daniel se niega a inclinarse ante las imágenes externas, porque solo reconoce el juicio de Dios en su interior.

La etimología se cumple porque Daniel vive bajo el juicio de su conciencia despierta, no del sistema que lo rodea.

Su integridad en el foso de los leones y en el horno simboliza el poder de vivir bajo el juicio divino interno, aunque el mundo lo condene.

 

OSEAS

 

Del hebreo "Hoshea", que significa "salvación" o "Él salva", es la misma raíz que "Jesús" (Yehoshua).

 

Oseas revela el escándalo del amor incondicional.

Aunque Israel se ha prostituido con ídolos, Dios sigue amando, sigue salvando, sigue restaurando.

La conciencia del hombre pasa por el dolor de ver su infidelidad, pero descubre que el amor divino lo espera siempre para restaurarlo.

La etimología se cumple porque Oseas es el anuncio de una salvación que no se basa en mérito, sino en un amor que trasciende toda traición.

 

JOEL


Del hebreo "Yo'el", que significa "YHWH es Dios".

 

Joel es el momento en que la conciencia reconoce que solo YHWH, el Yo Soy, es Dios.

El derramamiento del espíritu sobre toda carne marca el despertar universal de la imaginación como el verdadero Dios en cada uno.

Lo que parecía destruido por la langosta es restaurado cuando el hombre reconoce que solo el Yo Soy es Dios.

La etimología se cumple porque el mensaje de Joel es un llamado a ver que fuera de YHWH (Yo Soy) no hay otro Dios.

 

AMÓS


Del hebreo "Amos", que significa "el que carga, el portador de una carga".

 

Amós lleva el peso de denunciar la falsa seguridad de un pueblo religioso pero injusto.

Su carga es despertar la conciencia dormida que ha puesto su confianza en ritos y apariencias, mientras explota a los pobres y oprime a los débiles.

El portador de la carga no puede callar lo que ve, aunque su mensaje sea rechazado.

La etimología se cumple porque Amós carga con el peso de la verdad, y clama por una justicia que fluya desde el corazón, no desde los altares vacíos.

 

Gracias por haberme acompañado en este nuevo tramo del recorrido. Desde Eclesiastés hasta Amós hemos transitado por la desilusión del hombre que ha probado todo, el canto sublime del alma que reconoce a su Amado, las visiones proféticas que anuncian la salvación interior, el lamento que purifica, y finalmente la carga inevitable de dar voz a la justicia.

Cada libro ha sido una estación del alma, un llamado a mirar dentro y a sostener el peso de la verdad que ya no puede ser ignorada.

En la próxima entrega seguiremos con los siguientes diez libros, desde Abdías hasta Sofonías, donde descenderemos aún más profundo en el juicio del hombre externo y comenzaremos a vislumbrar la restauración del nuevo ser.

Como siempre, si desean que desarrolle con mayor detalle alguna parte o tienen alguna inquietud especial, pueden dejarla en los comentarios.

Un fuerte abrazo para todos, y nos encontramos en la próxima parte del viaje.

 

Marcos Sanz.



 
 
 

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