EL HOMBRE COMÚN

Argentina celebra un nuevo presidente. Felicitaciones, hermanos argentinos. Les deseo aquello que ya están en camino de recibir: bienestar, paz y una evolución interior. Me quedo con una frase que resuena profundamente:

"Llegó la hora del hombre común."

Ojalá estas palabras se transformen en un efecto en cadena, porque juntos podemos cambiar el mundo más rápido de lo que imaginamos. Lo imposible, una vez más, demuestra que nunca lo fue. A ustedes, y a todos, quiero dedicar una reflexión personal sobre este mismo tema, espero que les guste.

EL HOMBRE COMÚN

El hombre común, según lo veo, es aquel que sueña y persigue sus sueños. Es el hombre de familia, el emprendedor, el joven que ve en el horizonte un futuro mejor. El hombre común, para mí, es el hombre imaginativo. A lo largo de la historia, grandes hombres y mujeres han logrado lo que parecía imposible, todo por el bienestar del mundo. Sus nombres quedaron inscritos en la memoria colectiva, y sus logros, alguna vez impensables, son ahora parte de nuestra cotidianidad, tan naturales como el aire que respiramos. Es como si estos grandes hombres y sus obras fuesen manifestaciones de una conciencia colectiva, un eco de la imaginación que compartimos. Y nosotros, los hombres comunes, a menudo olvidamos la inmensa importancia de nuestra capacidad de ser conscientes. Ser consciente es un regalo. Es convertir cada segundo en una fotografía de la eternidad, un instante que, al observarlo, se torna infinito.

Somos viajeros de la mente, máquinas creativas que laten con deseos. Caminamos juntos, compartiendo ideas, alimentando sueños. Todos imaginamos. Todos construimos. Cada pensamiento genera una chispa, una necesidad, un anhelo que el mundo busca y deberá resolver. Esa es nuestra esencia: ser faros de posibilidades, creadores de caminos donde antes no los había. Eres importante, porque en cada susurro de tu imaginación se encuentra el germen de algo nuevo. Juntos somos el engranaje que mueve el universo de las ideas.

Como consciencia eterna, esta chispa infinita se expresa en un cuerpo temporal. Este cuerpo es un vehículo, un momento, pero la memoria en la conciencia trasciende más allá de su forma. La imagen de lo que eres consciente ahora mismo, su esencia, permanece para siempre, aunque se olvide, jamás muere, porque este ser es eterno. Al imaginarte fuera de este cuerpo, puedes ver a esta conciencia como realmente es y como nunca deja de ser: eterna, ilimitada, inmortal. La única manera para que esta conciencia inmortal pueda conocer la muerte es imaginándola. Así como tu o como yo guiamos nuestra imaginación hacia ella. Pero la muerte o el tiempo no te encierra, ni la materia te define. Como el viajero y el viaje, el espejo y la luz que lo atraviesa. En ti vive la eternidad, porque puedes soñarla, porque puedes sentirla más allá de lo visible.

¿Hoy eres consciente de algo verdad? ¿De que eres consciente? ¿Cuáles son tus miedos? ¿Qué deseas?, aun así, tú quieres ser consciente de otras cosas, por siempre y para siempre estarás cambiando de estado de conciencia, para completar lo que nunca estuvo vacío, terminar lo que nunca se empezó, para manifestar lo que nunca existió, gracias a la imaginación, a lo único real, gracias al hombre común. Marcos Sanz.