Casos y Manifestaciones

Hace un año atrás, mi pequeño gato de nombre Bruno se había extraviado. Vivo en un barrio donde hay muchos perros callejeros y tránsito por lo tanto en los casi dos días que desapareció temí lo peor. Me pase esos dos días deambulando por el barrio con linterna y llamándolo sin resultados hasta que perdí la fe. Busque por última vez en mi casa en cada uno de sus rincones, espacio por espacio, adentro y afuera de cada mueble sin resultados. Decidí ir afuera para sentarme a llorar y recordarlo a modo de despedida. Entre lágrimas dije "Pondré a prueba lo que Neville ha enseñado" y mientras aún lloraba imaginé a mi gatito en los brazos acariciándolo, estaba tan aferrado a esa imagen que podía hasta sentir su pelaje suavecito, también imaginé a el corriendo y jugando con su pelota y yo lanzandola para que el la persiguiera como solía hacer. Lo habré hecho por unos 10 minutos hasta que abrí los ojos y mire el cielo estrellado...un instante después, sentí que algo me tocó la espalda mientras estaba sentado en el suelo, al voltear vi que era mi gato Bruno, no hay explicación racional sobre como apareció ya que no tenía forma de estar en casa, no había forma de que viniera del techo ya que no puede subir ni bajar de el, tampoco desde el patio ya que lo habría visto o escuchado. Era como si se hubiera materializado de la nada, se que de alguna forma perfecta sucedió, aunque no puedo imaginar cómo. Ahora estaba ahí, amoroso y feliz de verme y maullando por comida, hasta el día de hoy es un gato sano y jamás nunca se ha vuelto a ir de casa. La frase que dije al abrir los ojos luego de imaginar resuena en mi cabeza hasta el día de hoy, fundido en el sentimiento de mi experiencia imaginaria solo dije "Gracias, Padre!"...hoy creo que esas son las palabras mágicas que abre las puertas hacia donde los milagros son